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Responsabilidad social
Legislación clara para impulsar la movilidad sostenible
La movilidad sustentable continúa siendo uno de los retos más relevantes en la ruta hacia una economía más ecológica y con menos emisiones de carbono. Dentro de una serie de discusiones sobre cómo acelerar la transformación hacia un transporte más limpio, se han señalado dos elementos cruciales que podrían ser determinantes para promover este cambio: la claridad legal y una adecuada reforma impositiva. Estos factores son vistos como fundamentales para crear un ambiente propicio para la innovación y el desarrollo de tecnologías sostenibles, facilitando que tanto empresas como ciudadanos se ajusten más velozmente a las nuevas condiciones del mercado.
Un tema recurrente en estos encuentros es la necesidad de intensificar la cooperación entre sectores públicos y privados para asegurar que las políticas de sostenibilidad no solo sean factibles, sino que también se lleven a cabo de manera efectiva y eficiente. Esto es en parte porque la normativa que regula la transición energética es compleja, lo cual puede crear incertidumbre en las empresas que deben ajustarse a los continuos cambios.
El desafío principal es establecer una legislación clara y coherente que potencie la inversión en movilidad sostenible. A pesar de las medidas gubernamentales y los incentivos fiscales existentes, siguen existiendo interrogantes sobre la viabilidad a largo plazo de estas políticas si no se consolidan dentro de un marco normativo sólido y estable. La falta de previsibilidad en las regulaciones puede desanimar a los inversores y a las empresas del sector de efectuar los cambios necesarios en sus modelos de negocio. Por eso, muchos especialistas concuerdan en que es necesario simplificar y armonizar las regulaciones en áreas cruciales, como los límites de emisiones, las zonas de bajas emisiones (ZBE) y las directrices sobre sostenibilidad empresarial.
Además de la certeza jurídica, la reforma fiscal se ha destacado como un pilar esencial para impulsar la transición hacia una movilidad más sostenible. Las modificaciones fiscales que fomentan la adopción de vehículos eléctricos, el empleo de combustibles alternativos y el mejoramiento de la infraestructura de transporte limpio son vitales para que estas opciones sean económicamente viables. La propuesta de flexibilizar la tributación vinculada al transporte en las empresas es una de las medidas que podría facilitar este avance. A la par, ciertos sectores de la industria han indicado que se deben incrementar los incentivos para las empresas que decidan incorporar la movilidad sostenible en su estrategia a largo plazo.
Además de la seguridad jurídica, la reforma fiscal se ha posicionado como un pilar fundamental para acelerar la transición hacia una movilidad más sostenible. Las reformas fiscales que incentivan la adopción de vehículos eléctricos, el uso de combustibles alternativos y la mejora de la infraestructura de transporte limpio son cruciales para hacer que estas alternativas sean económicamente atractivas. La propuesta de flexibilizar la tributación relacionada con el transporte en las empresas es una de las medidas que podría facilitar este proceso. Al mismo tiempo, algunos sectores de la industria han señalado que se deben reforzar los incentivos para las empresas que decidan integrar la movilidad sostenible en su estrategia de largo plazo.
Del mismo modo, los representantes del sector bancario han destacado la importancia de ofrecer productos financieros creados especialmente para proyectos de movilidad sostenible. Estos productos podrían contemplar préstamos a bajo interés para la adquisición de vehículos eléctricos, la instalación de estaciones de carga o el desarrollo de nuevas infraestructuras de transporte. La banca también juega un rol crucial en la asesoría y acompañamiento de las empresas que busquen realizar la transición hacia modelos de negocio más sostenibles.
Asimismo, los representantes del sector bancario han señalado que es fundamental ofrecer productos financieros diseñados específicamente para proyectos de movilidad sostenible. Estos productos podrían incluir préstamos a bajo interés para la compra de vehículos eléctricos, la instalación de puntos de recarga o el desarrollo de nuevas infraestructuras de transporte. La banca también desempeña un papel clave en la asesoría y el acompañamiento de las empresas que deseen realizar la transición hacia modelos de negocio más sostenibles.
Otro tema destacado en las discusiones sobre la movilidad sostenible es el papel de las administraciones públicas. Además de las reformas fiscales, se ha resaltado la importancia de contar con planes estratégicos que no solo faciliten la transición energética, sino que también promuevan la inclusión social. El acceso a alternativas de transporte sostenible debe ser universal, asegurando que ninguna región o comunidad quede atrás en este proceso. En este sentido, las políticas públicas deben garantizar que las inversiones en movilidad limpia beneficien a todos los ciudadanos, independientemente de su ubicación o situación económica.
Responsabilidad social
Alimentación consciente para el bien del planeta

Cada 22 de abril sirve como recordatorio de que vivimos en un mundo enfrentando problemas ambientales sin parangón. Más allá de las declaraciones oficiales o las promociones pasajeras, la crisis ecológica demanda medidas auténticas, continuadas y congruentes en todos los ámbitos: desde la normativa estatal hasta las prácticas personales. En esta jornada dedicada a la Tierra, el mensaje es evidente: cuidar de nuestro entorno no es una alternativa ni una tendencia, sino una obligación común, persistente y esencialmente política.
Se suele cuestionar: ¿cómo puede una persona corriente abordar una crisis climática de ámbito mundial? La frustración ante la falta de acciones por parte de autoridades y empresas puede resultar desalentadora. No obstante, intervenir desde lo cotidiano, con reflexión y juicio crítico, es una herramienta efectiva. Las decisiones que tomamos en nuestro hogar, al hacer compras, al desplazarnos o al elegir en las urnas tienen un efecto tangible.
Uno de los cambios personales más importantes tiene que ver con la dieta. Disminuir la ingesta de alimentos de origen animal, incluso de forma parcial, puede influir notablemente en la huella de carbono de una persona. La ganadería industrial es una de las principales fuentes de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, además de causar deforestación masiva y utilizar grandes cantidades de agua. Optar por una alimentación que incluya más vegetales, así como productos locales y de temporada, ayuda a que el sistema alimentario sea más equitativo y sostenible.
La manera en que nos desplazamos también importa. Dar prioridad a ir en bicicleta, caminar o usar transporte público no solo disminuye la contaminación, sino que también ayuda a construir ciudades más agradables, seguras y confortables para vivir. Incluso cuando es necesario recurrir al coche, compartir los viajes o combinar trayectos puede marcar una diferencia significativa. Cada elección es relevante.
En el ámbito doméstico, el consumo energético consciente es otro frente de acción clave. Desconectar dispositivos que no se están usando, invertir en electrodomésticos eficientes, moderar el uso del aire acondicionado o calefacción y, cuando sea posible, cambiar a proveedores de energía renovable, son medidas simples con gran impacto. Estas acciones, aunque cotidianas, representan una forma de activismo silencioso, una “política en zapatillas” que suma fuerza con cada persona que la adopta.
En cuanto al consumo, lo fundamental es optar por menos y con mayor calidad. El patrón de consumo acelerado, particularmente en el sector de la moda, agota tanto los recursos naturales como los humanos. La adquisición de ropa usada, la reutilización, la reparación o simplemente la reducción en la frecuencia de consumo son maneras eficaces de hacer frente a un sistema que se basa en la explotación y el despilfarro. La misma lógica puede aplicarse a los plásticos de un solo uso: minimizar su uso siempre que sea posible es crucial para resguardar océanos, tierras y ecosistemas completos.
El agua, un recurso que se vuelve cada vez más limitado, también requiere de nuestro enfoque diario. Gestos tan sencillos como cerrar la llave mientras nos cepillamos los dientes o emplear la lavadora únicamente cuando está llena, aunque parezcan pequeños, tienen un impacto acumulativo importante, especialmente en situaciones de escasez de agua a nivel mundial.
Pero más allá de las acciones individuales, existe una dimensión colectiva e imprescindible: la participación ciudadana. Cuidar el planeta implica también informarse, educarse, formar parte de movimientos sociales, exigir políticas públicas efectivas, apoyar proyectos comunitarios, y ejercer un voto consciente. No hay transición ecológica sin democracia, ni justicia ambiental sin justicia social.
Este Día de la Tierra, lo esencial no son más palabras motivadoras ni campañas ecológicas sin contenido. Se necesita consistencia, dedicación y acciones continuas. Lo que cada individuo realice hoy, por mínimo que sea, puede contribuir a un cambio mayor. No es cuestión de esperar a que los demás tomen la iniciativa, sino de tomar el control de cada acto diario. El porvenir no se recibe de manera pasiva: se edifica, paso a paso, con acciones genuinas y colectivas.
Ya que proteger el planeta no es únicamente un gesto ambiental: es una elección política, un hábito cotidiano y una urgencia que no permite retrasos.
Responsabilidad social
Acciones de empresas para preservar arrecifes en Colombia

En Colombia, diversas iniciativas lideradas por empresas, organizaciones y comunidades están contribuyendo significativamente a la protección y restauración de los arrecifes coralinos, ecosistemas vitales para la biodiversidad marina y la economía costera del país.
Una de las iniciativas más destacadas es el proyecto «Arrecifes de Energía», liderado por la empresa Chevron en colaboración con Corales de Paz. Este proyecto ha permitido el monitoreo y conservación de arrecifes en regiones como San Andrés, Bolívar, Sucre y Magdalena, involucrando a comunidades locales, entidades gubernamentales y organizaciones no gubernamentales en actividades de restauración y protección coralina.
Además, la Corporación Autónoma Regional del Magdalena (CORPAMAG) junto con el Acuario del Rodadero han plantado más de 40,000 fragmentos de coral en el lecho marino de las playas de Inca Inca, ubicadas en Santa Marta. Estas actividades son parte de la iniciativa nacional «Un Millón de Corales por Colombia», que tiene como objetivo restaurar 200 hectáreas de arrecifes de coral en siete departamentos de la nación. La colaboración activa de pescadores locales, entrenados en técnicas de restauración y buceo, ha sido crucial para el éxito de estas acciones.
En el ámbito académico y científico, la Fundación Ecomares ha liderado el proyecto «Restaurando y conservando arrecifes en Colombia», financiado por el fondo Colombia en Paz. Este proyecto ha generado más de 135,000 microfragmentos de corales masivos en Isla Tesoro, Parque Nacional Natural Corales del Rosario y San Bernardo, y ha capacitado a entidades nacionales en técnicas de reproducción sexual y cría de larvas de corales.
Estas iniciativas reflejan un compromiso creciente por parte de diferentes sectores de la sociedad colombiana para proteger y restaurar los arrecifes coralinos, reconociendo su importancia ecológica, económica y cultural. La colaboración entre empresas, comunidades, organizaciones y autoridades ambientales es clave para garantizar la conservación a largo plazo de estos valiosos ecosistemas marinos.
Responsabilidad social
Mujeres empoderadas a través de Conectadas

El proyecto Conectadas ha surgido como una propuesta innovadora que pretende disminuir la desigualdad de género en el entorno digital, proporcionando a jóvenes mujeres de comunidades periféricas, tanto rurales como urbanas, recursos formativos y tecnológicos para impulsar su crecimiento personal y profesional.
Implementado por la International Youth Foundation (IYF) con el respaldo de Google.org, Conectadas se ha centrado en capacitar a mujeres de entre 16 y 29 años en habilidades técnicas, socioemocionales y laborales, abordando barreras culturales y educativas que históricamente han limitado su participación en el sector tecnológico. El programa ha beneficiado a miles de mujeres en regiones como el sureste de México y El Salvador, donde la falta de acceso a la educación y la tecnología ha perpetuado desigualdades de género.
Uno de los puntos más sobresalientes de Conectadas es su metodología completa que integra capacitación en campos como soporte técnico, seguridad cibernética y programación con el desarrollo de habilidades interpersonales, preparación laboral y mentoría. Este enfoque global ha posibilitado que las participantes no solo obtengan conocimientos técnicos, sino que también refuercen su autoestima y confianza, aspectos esenciales para su integración en el ámbito laboral.
En complemento a la capacitación directa, Conectadas ha estado activa en concienciar a comunidades, familias y empleadores para romper con los estereotipos de género y avanzar hacia un entorno más inclusivo en el sector digital. Mediante paneles de discusión, campañas de sensibilización y colaboraciones estratégicas, el programa ha promovido un cambio cultural que reconoce y aprecia el potencial de las mujeres en el sector tecnológico.
Los logros alcanzados hasta ahora son alentadores. Investigaciones han mostrado un incremento notable en las habilidades digitales de las participantes, así como una mayor inclinación para emplear herramientas tecnológicas en su día a día. De igual manera, muchas han conseguido trabajos en el ámbito tecnológico o han comenzado sus propios proyectos, lo que favorece el desarrollo económico y social de sus comunidades.