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Inversiones y negocios

Aumento del 61% en ventas de coches eléctricos a pesar de la cancelación del Moves

​Honda ha optado por mover la fabricación de su siguiente generación del Civic híbrido a Indiana, Estados Unidos, en vez de hacerlo en México. Esto se debe a la intención de eludir los aranceles del 25% que el presidente Donald Trump ha sugerido imponer a los productos importados de México y Canadá. ​

​Honda ha decidido trasladar la producción de su próxima generación del Civic híbrido a Indiana, Estados Unidos, en lugar de México, con el objetivo de evitar los aranceles del 25% propuestos por el presidente Donald Trump sobre productos provenientes de México y Canadá. ​

Inicialmente, se había planeado que el nuevo Civic se produjera en la planta de Honda ubicada en Guanajuato, México, comenzando en noviembre de 2027. Esta decisión se había tomado debido a que los costos de producción en México son más bajos en comparación con los de Estados Unidos y Canadá. No obstante, la posibilidad de que se impongan aranceles elevados llevó a la compañía a revisar su estrategia para evitar incrementos potenciales en sus costos de fabricación. ​

Aspectos clave de la nueva estrategia de fabricación

La fabricación del Civic híbrido en Indiana está planificada para iniciar en mayo de 2028, con una capacidad anual proyectada de 210,000 unidades. Si la demanda excede esta capacidad, Honda considerará la opción de importar automóviles de países que no estén sujetos a los aranceles, para atender el mercado estadounidense. ​

La producción del Civic híbrido en Indiana está programada para comenzar en mayo de 2028, con una capacidad anual estimada de 210,000 unidades. En caso de que la demanda supere esta capacidad, Honda evaluará la posibilidad de importar vehículos desde países no afectados por los aranceles para satisfacer el mercado estadounidense. ​

Impacto en la industria automotriz y respuesta de otras empresas

La decisión de Honda refleja la presión que enfrentan los fabricantes de automóviles para adaptarse a las políticas comerciales de Estados Unidos. Otras compañías, como Stellantis y Volkswagen, también están reevaluando sus estrategias de producción en respuesta a los aranceles propuestos. Por ejemplo, Stellantis revirtió su decisión de cerrar una planta en Illinois tras conversaciones con el gobierno estadounidense, y Volkswagen está considerando establecer plantas de producción en Estados Unidos para sus marcas Audi y Porsche. ​

El mercado estadounidense es vital para Honda, ya que en 2024 comercializó cerca de 1.4 millones de vehículos en Estados Unidos, incluidas las marcas Acura. El Civic, apreciado por su precio accesible y eficiencia, logró ventas que superaron las 240,000 unidades, siendo el segundo modelo más vendido de la empresa en ese país, únicamente superado por el CR-V. ​

Retos y reflexiones futuras

Desafíos y consideraciones futuras

La reubicación de la producción del Civic híbrido a Indiana implica desafíos para Honda, como la gestión de costos laborales más elevados y la necesidad de ajustar su cadena de suministro. Además, la empresa deberá monitorear de cerca las políticas comerciales y las posibles represalias de México y Canadá, que podrían afectar sus operaciones internacionales.

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Inversiones y negocios

Cambios en el mercado automotriz por políticas arancelarias

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​En abril de 2025, el líder de Estados Unidos reafirmó su dedicación a revitalizar la industria automotriz del país a través de la imposición de impuestos considerables sobre los autos importados. Esta táctica tiene como objetivo motivar a los fabricantes a mover sus instalaciones de producción al suelo estadounidense.​

Durante una conferencia en la Casa Blanca, el mandatario enfatizó su preferencia por vehículos producidos en Estados Unidos, expresando su deseo de que las automotrices establezcan sus fábricas dentro del país. Destacó la decisión de Honda de construir en Indiana como un ejemplo positivo de esta tendencia.

Como reacción a estas normas, Honda ha revelado sus planes para incrementar la fabricación en Estados Unidos hasta un 30% en los próximos dos o tres años. La empresa japonesa piensa en mover la producción de modelos como el CR-V y el HR-V desde Canadá y México, respectivamente, a fábricas dentro de Estados Unidos. También está en estudio la producción de la futura generación del Civic híbrido en Indiana. Estas acciones buscan eludir los aranceles propuestos y conservar la competitividad en el mercado estadounidense.

No obstante, las autoridades mexicanas han destacado que Honda no tiene intenciones de cambiar su producción en suelo mexicano. Marcelo Ebrard, titular de la Secretaría de Economía de México, declaró que la compañía ha garantizado la permanencia de sus actividades en el país, refutando noticias que indicaban un posible movimiento de producción hacia territorio estadounidense.

La industria automotriz de América del Norte ha operado durante décadas bajo acuerdos de libre comercio que facilitan el movimiento de partes y vehículos completos a través de las fronteras. La imposición de aranceles podría desestabilizar este sistema, afectando las cadenas de suministro y aumentando los costos de producción. Expertos advierten que estas medidas podrían repercutir en los precios para los consumidores y en la competitividad de la industria a nivel global.​

Aunque el presidente desea impulsar la producción nacional, las complicadas redes de suministro y la dependencia mutua entre los países de la zona plantean retos importantes. La imposición de tarifas podría tener consecuencias adversas, perjudicando no solo a los productores extranjeros, sino también a las compañías en Estados Unidos que dependen de piezas importadas.

En este escenario, el sector automovilístico está en un punto crítico, analizando tácticas para ajustarse a las recientes normativas comerciales al tiempo que se mantiene competitivo dentro de un mercado global. Las determinaciones que se realicen en los meses futuros serán decisivas para definir el porvenir de la fabricación de vehículos en América del Norte.

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Inversiones y negocios

¿Qué hace Intel hoy?

Sistemas de enfriamiento para centros de datos | Soluciones de ...

¿Cuál es la función de la empresa Intel?

Intel Corporation, establecida el 18 de julio de 1968, se ha convertido en un elemento clave para el desarrollo tecnológico en todo el mundo. Esta empresa internacional, ubicada en Santa Clara, California, se enfoca en el diseño y la fabricación de microprocesadores, lo que ha transformado la forma en que nos relacionamos con la tecnología. Pero, ¿qué actividades realiza específicamente Intel y cómo afectan sus productos a nuestra vida cotidiana?

Microchips: La esencia del sector tecnológico

El microprocesador es, sin duda, el producto insignia de Intel. Los microprocesadores de Intel, como la reconocida serie Intel Core, actúan como el cerebro de una amplia gama de dispositivos, desde computadoras personales hasta servidores y dispositivos integrados. Estos procesadores son cruciales para el desempeño eficiente de diversas aplicaciones, desde videojuegos de alta demanda gráfica hasta software de análisis de datos complejos.

Un chip de Intel no solo incrementa la rapidez y eficiencia de las computadoras, sino que también mejora el uso de energía, lo cual es crucial en un mundo que valora cada vez más la sostenibilidad. Los avances en la estructura de los chips, como la utilización de transistores más compactos y la integración del proceso FinFET, posibilitan que Intel fabrique procesadores más potentes y con mayor eficiencia energética.

Impulsando el avance en inteligencia artificial

Intel también juega un papel crucial en el avance de la inteligencia artificial (IA). A través de su línea de productos Intel Nervana y sus alianzas estratégicas, la empresa promueve el desarrollo de tecnologías que mejoran la capacidad de las máquinas para aprender y adaptarse. Esta tecnología se aplica en industrias tan diversas como la medicina, donde los algoritmos de IA pueden analizar grandes cantidades de datos para mejorar diagnósticos, hasta el sector automotriz, donde los vehículos autónomos dependen de algoritmos de aprendizaje profundo para navegar por entornos complejos.

Conectividad y redes: La era del 5G

En el sector de las telecomunicaciones, Intel juega un papel esencial en el avance de tecnologías de conexión. La empresa participa activamente en la ampliación y mejora de la infraestructura para 5G. Este progreso no solo garantiza una velocidad más alta y mayor capacidad de la red, sino que también es crucial para hacer posible el Internet de las Cosas (IoT), permitiendo que miles de millones de dispositivos se comuniquen sin necesidad de intervención humana directa.

El avance de la tecnología 5G desarrollado por Intel fomenta innovaciones en urbes inteligentes, donde la conectividad optimizada se convierte en una administración más eficaz de los recursos y servicios municipales, elevando la calidad de vida de los residentes.

Sistemas de guardado y memoria: Un mundo de información

Con el auge del Big Data, la necesidad de soluciones de almacenamiento eficientes es más crítica que nunca. Intel ofrece una gama de productos de memoria y almacenamiento, incluyendo las memorias Optane y SSDs de última generación, que proporcionan una velocidad incomparable y fiabilidad en el manejo de grandes volúmenes de información. Estas tecnologías son esenciales para empresas que deben procesar datos masivos en tiempo real, desde la banca hasta la investigación científica.

Trabajo en equipo e indagación: Un compromiso hacia el porvenir

Intel se dedica no solo a crear tecnología, sino también a trabajar conjuntamente con universidades y compañías para impulsar investigaciones colaborativas. Este método fomenta la innovación compartida, facilitando el desarrollo de soluciones que pueden utilizarse para enfrentar retos a nivel mundial, tales como el calentamiento global, la sanidad y la protección. La corporación destina una parte significativa de su capital a esfuerzos de investigación y desarrollo (I+D), asignando aproximadamente el 20% de sus ingresos anuales a estos propósitos.

El efecto de Intel se hace sentir en todos los aspectos del mundo contemporáneo, impulsando la innovación no solo en los sectores tecnológicos convencionales, sino también en áreas emergentes que moldearán el futuro. Este compromiso constante con el progreso tecnológico resalta la función crucial de Intel como precursor y líder en la creación de un futuro más interconectado, eficiente y sostenible.

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Inversiones y negocios

Alternativas limitadas en la industria textil estadounidense

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La industria de la moda en Estados Unidos enfrenta un desafío significativo debido a los aranceles aplicados a las prendas importadas, lo que elimina las opciones previas que ayudaban a las marcas a mitigar los costos a través de la diversificación de sus ubicaciones de fabricación. Esta situación obliga a las marcas a reevaluar sus estrategias de abastecimiento y sus modelos de precios, ya que las alternativas tradicionales para mantener los costos bajos se han visto limitadas por la implementación de tarifas aduaneras universales.

Una posible solución a este problema es la fabricación nacional; sin embargo, la capacidad de producción de prendas de vestir en Estados Unidos es sumamente baja, estimándose que solo el 2% del consumo total de ropa en el país se produce localmente. Esto hace que un aumento sustancial en la producción nacional a corto plazo sea prácticamente inviable, dado que el país no cuenta con la infraestructura suficiente ni la mano de obra calificada para satisfacer la demanda interna. Además, los costos de producción en Estados Unidos son considerablemente más altos en comparación con otros países productores de ropa debido a los elevados salarios y a la falta de experiencia en la industria textil, lo que incrementa aún más los costos de fabricación.

Aunque en teoría incrementar la fabricación nacional podría mitigar algunos impactos de los impuestos aduaneros, los expertos del sector indican que, incluso en el mejor escenario, los incrementos de precios para los clientes seguirían ocurriendo. Por ejemplo, una ropa que cuesta 18 dólares fabricar podría enfrentar un impuesto promedio del 38%, aumentando el precio de venta en cerca de 6.84 dólares. Esto se traduce en un incremento potencial de aproximadamente 7 dólares en una prenda que normalmente cuesta alrededor de 90 dólares. Así, los consumidores terminarían soportando los costos adicionales derivados de los aranceles, lo que impactaría la competitividad de las marcas de moda en el mercado de EE.UU.

La posibilidad de una relocalización de la fabricación a través de procesos totalmente automatizados ofrece una solución potencial a largo plazo, pero este enfoque está lejos de ser una realidad inmediata. La automatización en la producción textil, aunque prometedora, requeriría una inversión significativa en infraestructura tecnológica y capital humano, lo cual sigue siendo un reto a gran escala. A corto plazo, las marcas de moda deben adaptarse a un entorno de costos crecientes y tomar decisiones estratégicas sobre cómo gestionar sus cadenas de suministro para mantener la competitividad. Esto podría incluir la búsqueda de formas de optimizar las operaciones logísticas y la revisión de los márgenes de beneficio, lo que podría implicar ajustes de precios que las marcas podrían trasladar a los consumidores.

Asimismo, los compradores podrían encontrar precios elevados como resultado de la suma de impuestos aduaneros y el incremento en los costos de fabricación dentro de Estados Unidos. Esta situación también podría ejercer una presión considerable sobre los vendedores al por menor, quienes se verían en la disyuntiva de trasladar estos costos adicionales a los consumidores o de sostener sus márgenes de beneficio más bajos, lo cual podría impactar su rentabilidad.

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